Este concepto es básico en la decoración de cualquier espacio. Esta relacionado con la ubicación de los objetos dentro del espacio y la sensación que nos aportan. Para decir que un espacio está balanceado o en equilibrio, los objetos deben están en armonía entre si, sin provocar que nuestra visión general sea distorsionada. A no ser que esa sea nuestra intención.
Por esto se dice que existen dos tipos de equilibrio, el simétrico o formal, cuando el equilibrio está dado por la simetría en la colocación de objetos similares en forma, uso y textura, dentro del espacio, común en dormitorios, y asimétrico o informal, cuando los objetos esta armónicos por forma o texturas, pero no guardan simetría entre si. Este último, el equilibrio asimétrico, es más difícil de hacer que funcione, pero si se logra, puede crear espacios con mucha personalidad.