La forma es producida en la decoración por la asociación de las líneas, pero además se refiere a la configuración externa de los objetos y su silueta.
La forma se ve en la propia arquitectura de la vivienda y en los muebles, y deberían armonizar. Las formas también influyen en la percepción que se tiene de determinado espacio. Por ejemplo el círculo atrae las miradas y evoca unidad y concentración; el triángulo, efectividad y agresividad y el cuadrado, estabilidad, fuerza e inmovilidad.
Otro factor clave del diseño interior es el volumen, la medida del espacio ocupado por un cuerpo, resultado de las tres dimensiones: ancho, alto y profundidad.
La suma del volumen de los objetos ha de ser menor que el volumen disponible, proporcionando un espacio alrededor del objeto que facilite su visualización y valoración.